Tawhid

El profeta que invitó a los Hijos de Israel, cristianos y politeístas a la religión de Abraham: el Profeta Muhammad. El Corán, el libro que confirma y confirma la Torá y el Evangelio anterior.

La verdad que no se nos dice
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Bakara246. ¿No has visto a los dignatarios de los Hijos de Israel? Cuando, después de Moisés, dijeron a un profeta suyo: «¡Suscítanos a un rey para que combatamos por Alá!» Dijo: «Puede que no combatáis una vez que se os prescriba el combate». Dijeron: «¿Cómo no vamos a combatir por Alá si se nos ha expulsado de nuestros hogares y de nuestros hijos?» Pero, cuando se les prescribió el combate, volvieron la espalda, salvo unos pocos. Alá conoce bien a los impíos.
Bakara247. Su profeta les dijo: «Alá os ha suscitado a Saúl como rey». Dijeron: «¿Cómo va él a dominar sobre nosotros si nosotros tenemos más derecho que él al dominio y no se le ha concedido abundancia de hacienda?» Dijo: «Alá lo ha escogido prefiriéndolo a vosotros y le ha dado más ciencia y más cuerpo». Alá da Su dominio a quien Él quiere. Alá es inmenso, omnisciente.
Bakara248. Su profeta les dijo: «El signo de su dominio será que el Arca volverá a vosotros, llevada por los ángeles, con sakina de vuestro Señor y reliquia de lo que dejaron las gentes de Moisés y de Aarón. Ciertamente tenéis en ello un signo, si es que sois creyentes».
Bakara249. Y, cuando Saúl marchó con los soldados, dijo: «Alá os probará con un arroyo. Quien beba de él no será de los míos. Quien no lo pruebe, será de los míos, a menos que beba una sola vez del hueco de la mano». Y bebieron de él, salvo unos pocos. Y, cuando él y los que creían lo hubieron cruzado, dijeron: «Hoy no podemos nada contra Goliat y sus soldados». Los que contaban con encontrar a Alá dijeron: «¡Cuántas veces una tropa reducida ha vencido a otra considerable con permiso de Al á! Alá está con los que tienen paciencia».
Bakara250. Y, cuando salieron contra Goliat y sus soldados, dijeron: «¡Señor! ¡Infunde en nosotros paciencia, afirma nuestros pasos, auxílianos contra el pueblo infiel!»
Bakara251. Y les derrotaron con permiso de Alá. David mató a Goliat y Alá le dio el dominio y la sabiduría, y le enseñó lo que Él quiso. Si Alá no hubiera rechazado a unos hombres valiéndose de otros, la tierra se habría ya corrompido. Pero Alá dispensa Su favor a todos.
Bakara252. Éstas son las aleyas de Alá, que te recitamos conforme a la verdad. Ciertamente, tú eres uno de los enviados.
Bakara253. Éstos son los enviados. Hemos preferido a unos más que a otros. A alguno de ellos Alá ha hablado. Y a otros les ha elevado en categoría. Dimos a Jesús, hijo de María, las pruebas claras, y le fortalecimos con el Espíritu Santo. Si Alá hubiera querido, los que les siguieron no habrían combatido unos contra otros, después de haber recibido las pruebas claras. Pero discreparon: de ellos, unos creyeron y otros o. Si Alá hubiera querido, no habrían combatido unos contra otros. Pero Alá hace lo que quiere.
Nisa163. Te hemos hecho una revelación, como hicimos una revelación a Noé y a los profeta que le siguieron. Hicimos una revelación a Abraham, Ismael, Isaac, Jacob, as tribus, Jesús, Job, Jonás, Aarón y Salomón. Y dimos a David Salmos.
Nisa164. Te hemos contado previamente de algunos enviados, de otros no -con Moisés Alá habló de hecho-,
Nisa165. enviados portadores de buenas nuevas y que advertían, para que los hombres no pudieran alegar ningún pretexto ante Alá después de la venida de los enviados. Alá es poderoso, sabio.
Nisa166. Pero Alá es testigo de que lo que El te ha revelado lo ha revelado con Su ciencia. Los ángeles también son testigos, aunque basta Alá como testigo.
Nisa167. Los que no creen y desvían a otros del camino de Alá están profundamente extraviados.
Nisa168. A los que no crean y obren impíamente Alá nunca les perdonará ni les dirigirá por otro camino
Nisa169. que el camino de la gehena, en la que estarán eternamente, para siempre. Es cosa fácil para Alá.
Nisa170. ¡Hombres! Ha venido a vosotros el Enviado con la Verdad que viene de vuestro Señor. Creed, pues, será mejor para vosotros. Si no creéis... De Alá es lo que está en los cielos y en la tierra. Alá es omnisciente, sabio.
Nisa171. ¡Gente de la Escritura ! ¡No exageréis en vuestra religión! ¡No digáis de Alá sino la verdad: que el Ungido, Jesús, hijo de María, es solamente el enviado de Alá y Su Palabra, que Él ha comunicado a María, y un espíritu que procede de Él! ¡Creed, pues, en Alá y en Sus enviados! ¡No digáis ""Tres'! ¡Basta ya, será mejor para vosotros! Alá es sólo un Dios Uno. ¡Gloria a Él Tener un hijo...Suyo es lo que está en los cielos y en la tierra... ¡Alá basta como protector!
Nisa172. El Ungido no tendrá a menos ser siervo de Alá, ni tampoco los ángeles allegados. A todos aquéllos que tengan a menos servirle y hayan sido altivos les congregará hacia Sí.
Nisa173. En cuanto a quienes hayan creído y obrado bien, Él les dará, por favor, Su recompensa y aún más. Pero a quienes hayan tenido a menos servirle y hayan sido altivos, les infligirá un castigo doloroso. No encontrarán, fuera de Alá, amigo ni auxiliar.
Nisa174. ¡Hombres! Os ha venido de vuestro Señor una prueba. Y os hemos hecho bajar una Luz manifiesta.
Nisa175. A quienes hayan creído en Alá y se hayan aferrado a Él, les introducirá en Su misericordia y favor y les dirigirá a Sí por una vía recta.
Maide78. Los Hijos de Israel que no creyeron fueron maldecidos por boca de David y de Jesús, hijo de María, por haber desobedecido y violado la ley.
Enbiyâ78. Y a David y Salomón. Cuando dictaron sentencia sobre el sembrado en que las ovejas de la gente se habían introducido de noche. Nosotros fuimos testigos de su sentencia.
Enbiyâ79. Hicimos comprender a Salomón de qué se trataba. Dimos a cada uno juicio y ciencia. Sujetamos, junto con David, las montañas y las aves para que glorificaran. Nosotros hicimos eso.
Enbiyâ80. Le enseñamos a elaborar cotas de malla para vosotros, para que os protegieran de vuestra propia violencia. ¿Ya lo agradecéis?
Enbiyâ81. Y a Salomón el ventarrón, que sopla, a una orden suya, hacia la tierra que hemos bendecido. Lo sabemos todo...
Enbiyâ82. De los demonios, había algunos que buceaban para él y hacían otros trabajos. Nosotros les vigilábamos.
Neml15. Dimos ciencia a David y a Salomón. Y dijeron: «¡Alabado sea Alá, que nos ha preferido a muchos de Sus siervos creyentes!»
Neml16. Salomón heredó a David y dijo: «¡Hombres! Se nos ha enseñado el lenguaje de los pájaros y se nos ha dado de todo. ¡ Es un favor manifiesto!»
Sebe'10. Dimos a David un favor Nuestro: «¡Montañas! ¡Resonad acompañándole, y vosotros también, pájaros!» Por él, hicimos blando el hierro.
Sebe'11. «¡Fabrica cotas de malla y mide bien la malla!» ¡Obrad bien! Yo veo bien lo que hacéis.
Sebe'12. A Salomón el viento, que por la mañana hacía el camino de un mes y por la tarde de otro mes. Hicimos manar para él la fuente de bronce fundido. De los genios, algunos trabajaban a su servicio, con permiso de su Señor. Al que hubiera desobedecido Nuestras órdenes, le habríamos hecho gustar el castigo del fuego de la gehena.
Sebe'13. Le hacían todo lo que él quería: palacios, estatuas, calderos grandes como cisternas, firmes marmitas. ¡Familiares de David, sed agradecidos! Pero pocos de Mis siervos son muy agradecidos.
Sebe'14. Y cuando decretamos su muerte, no tuvieron más indicio de ella que la carcoma, que se puso a roer su cayado. Y, cuando se desplomó, vieron claramente los genios que, si hubieran conocido lo oculto, no habrían permanecido tanto tiempo en el humillante castigo.
Sâd17. Ten paciencia con lo que dicen y recuerda a Nuestro siervo David, el fuerte. Su arrepentimiento era sincero.
Sâd18. Sujetamos, junto con él, las montañas para que glorificaran por la tarde y por la mañana.
Sâd19. Y los pájaros, en bandadas. Todo vuelve a Él.
Sâd20. Consolidamos su dominio y le dimos la sabiduría y la facultad de arbitrar.
Sâd21. ¿Te has enterado de la historia de los litigantes? Cuando subieron a palacio.
Sâd22. Cuando entraron adonde estaba David y éste se asustó al verles. Dijeron: «¡No tengas miedo! Somos dos partes litigantes, una de las cuales ha ofendido a la otra. Decide, pues, entre nosostros según justicia, imparcialmente, y dirígenos a la vía recta.
Sâd23. éste es mi hermano. Tiene noventa y nueve ovejas y yo una oveja. Dijo: '¡Confíamela!' Y me gana a discutir».
Sâd24. Dijo: «Sí, ha sido injusto contigo pidiéndote que agregaras tu oveja a las suyas». En verdad, muchos consocios se causan daño unos a otros; no los que creen y obran bien, pero ¡que pocos son éstos! David comprendió que sólo habíamos querido probarle y pidió perdón a su Señor. Cayó de rodillas y se arrepintió.
Sâd25. Se lo perdonamos y tiene un sitio junto a Nosotros y un bello lugar de retorno.
Sâd26. ¡David! Te hemos hecho sucesor en la tierra. ¡Decide, pues, entre los hombres según justicia! ¡No sigas la pasión! Si no, te extraviará del camino de Alá. Quienes se extravíen del camino de Alá tendrán un severo castigo. Por haber olvidado el día de la Cuenta.
Sâd27. No hemos creado en vano el cielo, la tierra y lo que entre ellos está. Así piensan los infieles. Y ¡ay de los infieles, por el Fuego...!
Sâd28. ¿Trataremos a quienes creen y obran bien igual que a quienes corrompen en la tierra, a los temerosos de Alá igual que a los pecadores?
Sâd29. Una Escritura que te hemos revelado, bendita, para que mediten en sus aleyas y para que los dotados de intelecto se dejen amonestar.
Sâd30. A David le regalamos Salomón. ¡Qué siervo tan agradable! Su arrepentimiento era sincero.
Sâd31. Cuando un anochecer le presentaron unos corceles de raza.
Sâd32. Y dijo: «Por amor a los bienes he descuidado el recuerdo de mi Señor hasta que se ha escondido tras el velo.
Sâd33. ¡Traédmelos!» Y se puso a desjarretarlos y degollarlos.
Sâd34. Aún probamos a Salomón cuando asentamos en su trono a su sosia. Luego, se arrepintió.
Sâd35. «¡Señor!» dijo. «¡Perdóname y regálame un dominio tal que a nadie después de mí le esté bien. Tú eres el Munífico».
Sâd36. Sujetamos a su servicio el viento, que soplaba suavemente allí donde él quería, a una orden suya.
Sâd37. Y los demonios, constructores y buzos de toda clase,
Sâd38. y otros, encadenados juntos.
Sâd39. «¡Esto es don Nuestro! ¡Agracia, pues, o retén, sin limitación!»
Sâd40. Tiene un sitio junto a Nosotros y un bello lugar de retorno.
Sâd41. ¡Y recuerda a nuestro siervo Job! Cuando invocó a su Señor. «El Demonio me ha infligido una pena y un castigo».
Sâd42. «¡Golpea con el pie! Ahí tienes agua fresca para lavarte y para beber».
Sâd43. Le regalamos su familia y otro tanto, como misericordia venida de Nosotros y como amonestación para los dotados de intelecto.
Sâd44. Y: «¡Toma en tu mano un puñado de hierba, golpea con él y no cometas perjurio!» Le encontramos paciente. ¡Qué siervo tan agradable! Su arrepentimiento era sincero.